domingo, 20 de marzo de 2011

ARQUITECTURA CINQUENCENTO


Donato Bramante   nació el año 1444 cerca de Urbino. Al principio se formó como pintor. En 1482 se instaló en Milán y comienza su carrera como arquitecto. Sus proyectos en Milán son Santa María presso San Sátiro y la cabecera de la iglesia  de Santa María delle Grazie.
En 1499 tras la caída del duque Ludovico Sforza Bramante se traslada a Roma, donde trabaja para el papa Julio II.
En Roma influenciado por las ruinas de la antigüedad clasica, evoluciona hacia un estilo más monumental y austero. Una de sus primeras obras romanas es el Templete de San Pietro in Montorio (1502).
Al año siguiente (1503) es nombrado arquitecto pontificio, llevando a cabo dos intervenciones: el llamado Palacio de los Papas y el proyecto de la nueva Basílica de San Pedro del Vaticano.


- San Pietro in Montorio
Roma, siglo XV
La planta central es circular, con una columnata que envuelve a la cella, que está cubierta por una cúpula de media naranja. Esta columnata forma un peristilo, que simboliza la iglesia militante. En la planta hay un crepidoma, que son tres escaleras que representan las tres virtudes teologales: fe, esperanza y caridad.
En cuanto al alzado, se levanta sobre una escalinata, seguida de un corto podium sobre el que se eleva la columnata de dieciséis columnas  de orden toscano o dórico romano, sobre el que aparece un entablamento dórico  decorado con metopas y triglifos, coronado por una balaustrada. Tiene en total 48 metopas donde había representada una figura de busto repetida 4 veces. El muro de la cella, con dos cuerpos, tiene un muro exterior articulado por medio de nichos de remate semicircular, que alterna con vanos (puertas y ventanas) adintelados, separados por pilastras, cada una de las cuales se corresponde con una de las columnas del peristilo. El cilimdro por encima de la balaustrada adopta un tambor con ventanas abiertas y termina en cúpula semisférica con esfera y cruz.

Esta articulación se dispone rítmicamente, partiendo de la existencia de cuatro puertas en los extremos de dos ejes del círculo que se cruzan perpendicularmente.
Justo debajo del altar mayor está la cripta, donde supuestamente estaba clavada la cruz de san Pedro. Esta cripta simboliza el martirio del apóstol.
Se ha considerado esta obra como el manifiesto de la arquitectura del clasicismo renacentista, dada su pureza de líneas y su austeridad decorativa.

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